Santiago, Chile; 10 de febrero de 2021.- La crisis generada por la pandemia de Covid-19 impactó negativamente en las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral. Así lo dio a conocer el Informe Especial COVID-19 N⁰9: La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Según el documento, la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46 por ciento en 2020, mientras que la de los hombres en 69 por ciento; siendo que en 2019 alcanzaron un 52 y un 73.6 por ciento, respectivamente.
Se calcula, además, que la tasa de desocupación de las mujeres llegó al 12 por ciento en 2020, porcentaje que se eleva al 22.2 por ciento si se asume la misma tasa de participación laboral de las mujeres de 2019.
De acuerdo con el estudio del organismo internacional, en 2020 se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo.
Así, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) regional (de -7.7 por ciento en 2020) y el impacto de la crisis en el empleo están afectando negativamente los ingresos de los hogares.
El organismo regional de las Naciones Unidas estima que alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas se encontrarían en situación de pobreza, 23 millones más que en 2019.
Las mujeres de la región son parte crucial de la primera línea de respuesta a la pandemia. Un 73.2 por ciento de las personas empleadas en el sector de la salud son mujeres, quienes han tenido que enfrentar una serie de condiciones de trabajo extremas, como extensas jornadas laborales, que se suman al mayor riesgo al que se expone el personal de la salud de contagiarse del virus. Todo esto en un contexto regional en el que persiste la discriminación salarial, pues los ingresos laborales de las mujeres que trabajan en el ámbito de la salud son un 23.7 por ciento inferiores a los de los hombres del mismo sector”, señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
Además, el estudio indica que el trabajo doméstico remunerado, que se caracteriza por una alta precarización y por la imposibilidad de ser realizado de forma remota, ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis.
En 2019, previo a la pandemia, alrededor de 13 millones de personas se dedicaban al trabajo doméstico remunerado (91.5 por ciento, mujeres). En total, este sector empleaba a un 11.1 por ciento de las mujeres ocupadas en la región. No obstante, en el segundo trimestre de 2020 los niveles de ocupación en el trabajo doméstico remunerado cayeron en prácticamente todas las economías de la región: -24.7% en Brasil; -46.3% en Chile; -44.4% en Colombia; -45.5% en Costa Rica; -33.2% en México; y -15.5% en Paraguay.
América Latina y el Caribe debe invertir en la economía del cuidado y reconocerla como un sector dinamizador de la recuperación, con efectos multiplicadores en el bienestar, la redistribución de tiempo e ingresos, la participación laboral, el crecimiento y la recaudación tributaria”, afirmó la máxima autoridad de la CEPAL.
Según el documento de la CEPAL, más de la mitad de las mujeres en América Latina y el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que se prevé un mayor efecto negativo en términos del empleo y los ingresos por causa de la pandemia.
Durante la presentación del informe, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL hizo un llamado a reforzar las políticas de empleo y asegurar a las mujeres participación en los sectores dinamizadores de la economía en condiciones de trabajo decente. Asimismo, enfatizó la importancia de combinar medidas en apoyo al empleo y la reactivación con medidas de atención inmediata a la pérdida de ingresos.
Con información de (AMX Noticias)